HISTORIA
INTRODUCCIÓN
Toda
obra
comienza
con
una
visión
y
la
visión
que
motiva
a
la
creación,
y
en
este
caso
a
la
creación
del
Colegio
Filadelfia
para
Sordos
lo
cual
tenía
3
elementos
relacionados:
derecho
al
estudio,
derecho
a
la
información
y
derecho
a
uso
del
primer
idioma
dentro
de
un
grupo
lingüístico
minoritario.
El
desenlace
de
las
acciones
a
favor
de
esta
visión
continúe
hasta
el
día
de
hoy
y
se
espere
que
la
historia
sea
de
interés
para
las
personas
sordas
y
sordociegas
colombianas
siendo
parte
de
su
historia
nacional
y
que
además
sea
de
utilidad
para
otros
colegios
y
escuelas
en
otros
partes
de
la
nación
y
en
otros
países.
Las
luchas
y
logros
son
de
todos,
los
niños,
niñas
y
jóvenes
sordos,
los
adultos
sordos
quienes
apoyaron
la
idea,
las
docentes
sordos
y
oyentes
quienes
han
sido
parte
de
esta
historia,
los
padres
de
familia
quienes
confiaron
en
la
educación
ofrecida
en
el
Colegio,
los
intérpretes,
los
guías
intérpretes,
las
personas
de
la
Asociación
dueña
del
Colegio,
y
muchas
personas
de
otros
países
quienes
han
contribuido
su
tiempo,
conocimiento
y
apoyo
con
el
deseo
de
asegurar el progreso de los niños y niñas sordas y sordociegas de Colombia.
EL CONCEPTO DEL NIÑO SORDO Y DE LA NIÑA SORDA
Históricamente,
las
culturas
han
tomado
muchas
actitudes
y
creencias
en
relación
a
las
personas
sordas.
Desde
los
años
1500,
los
países
europeos,
en
particular
España
y
Francia,
realizaron
actividades
educativas
en
reconocimiento
de
las
capacidades
de
los
niños
y
niñas
sordas.
Estas
acciones
tuvieron
una
directa
influencia
sobre
Norte
América,
que
inclusive
adoptó
muchas
señas
de
Francia
desde
los
últimos
años
de
los
1700,
cuando
los
Estados
Unidos
estuvieron
apenas
comenzando
a
hacer
nación.
El
hecho
que
desde
los
primeros
censos nacionales fue incluida la población sorda es una muestra del reconocimiento dado a esta población.
Para
el
año
1880,
el
debate
sobre
la
mejor
forma
de
educar
el
niño
sordo
estaba
en
pleno
furor,
y
en
el
Congreso
de
Milán
se
decidió
tomar
el
camino
de
oralismo,
con
la
disensión
del
Thomas
Hopkins
Gallaudet,
quien
fundó
uno
de
las
primeras
escuelas
para
la
niñez
sorda en los Estados Unidos y además trajo el profesor Louis Laurent Marie Clerc, un Sordo francés, para poder lograr establecerlo.
En
los
últimos
años
de
1960,
debido
en
parte
de
una
revisión
de
la
educación
general
en
los
Estados
Unidos,
se
dedicó
a
mejorar
la
educación
del
Sordo.
Este
tiempo
vio
las
investigaciones
de
William
Stokoe,
quien
fue
una
de
las
primeras
voces
en
decir
que
la
lengua
de
señas
es
un
idioma
y
cumple
con
todas
las
funciones
de
los
idiomas
orales.
Esto
causó
un
mayor
respeto
hacia
las
personas
sordas,
y
hoy en día se ve los resultados de este pequeño comienzo en muchos lugares.
Todo
esto
para
explicar
el
concepto
que
tiene
el
Colegio
Filadelfia
para
Sordos
del
niño
sordo.
Siendo
que
la
fundadora
vino
de
los
Estados
Unidos
con
estos
conceptos
de
igualdad,
capacidad,
inteligencia
y
responsabilidad
personal
de
la
persona
sorda,
era
natural
que
el
Colegio
aceptara
el
niño
sordo
como
un
niño
con
todas
las
etapas
de
crecimiento
emocional
y
social
de
todos
los
demás
niños:
un
niño
que
puede
lograr
lo
que
sueña
y
que
tiene
derecho
de
gozar
su
niñez
y
llegar
a
ser
un
adulto
contribuyente
al
bienestar
de
los
que
le
rodean.
Los
conceptos
de
la
Universidad
Gallaudet,
donde
la
fundadora
recibió
su
título
de
maestría
como
orientadora
escolar
para niños, niñas y jóvenes sordos en la etapa escolar, tuvieron una fuerte influencia en el trabajo realizado en el Colegio.
A
partir
del
concepto
del
niño
y
adulto
sordo,
la
visión
del
Colegio
fue
un
resultado
natural:
usar
la
lengua
de
señas
como
idioma
de
instrucción,
dar
los
mismos
derechos
de
acceso
a
la
información
en
particular
en
cuanto
a
los
temas
religiosos
y
proveer
cobertura
para
los niños, niñas y jóvenes quienes no tenían acceso a la educación formal.
REALIDADES DE LA EXPERIENCIA
Comenzar
algo
nuevo
en
espacios
nuevos
siempre
tiene
impacto.
En
el
caso
del
Colegio
Filadelfia
para
Sordos,
sus
primeros
pasos
como
aula
para
sordos
en
1986
dentro
de
un
colegio
de
oyentes
fue
algo
novedoso
en
este
momento
de
tiempo.
Los
niños
sordos
compartieron
tiempos
de
almuerzo
y
recreo
con
los
demás
estudiantes
oyentes,
lo
que
hoy
en
día
es
completamente
normal,
pero
la
gente
oyente
del
colegio
necesitaba
aprender
sobre
las
personas
sordas.
Conceptos
sobre
“el
enfermo”,
“el
mudo”
y
la
idea
que
los
niños
no tenía completo sus capacidades intelectuales empezaron a desaparecer a la medida que conocieron a los niños y niñas sordos.
Otro
impacto
fue
el
compromiso
de
los
líderes
de
la
iglesia
donde
estuvo
este
colegio.
El
Dr.
Colin
Crawford,
pastor
de
la
Iglesia
Cristiana
Filadelfia,
donde
todo
comenzó,
fue
tan
impactado
por
la
experiencia
de
ver
las
personas
sordas
y
los
niños
sordos
que
uno
de
sus
prioridades
al
llegar
a
ser
representante
a
la
Cámara
fue
la
población
sorda.
Esto
resultó
en
la
ley
324
de
1996,
lo
cual
ha
sido
de
mucho
apoyo para la población a nivel nacional.
El
aprendizaje
siempre
es
adentro
también.
La
decisión
de
buscar
docentes
licenciados
y
enseñarles
la
Lengua
de
Señas,
tuvo
un
importante
resultado.
Tradicionalmente,
los
terapistas
de
lenguaje
fueron
los
docentes
de
los
niños
sordos.
El
Colegio
decidió
que
sus
conocimientos
eran
importantes
para
los
niños
sordos,
pero
no
eran
formados
como
docentes.
Su
enfoque
tendía
hacía
el
aprendizaje
del
español,
y
por
lo
tanto
era
difícil
llegar
a
temas
como
química,
cálculo
y
filosofía.
Fue
un
gran
esfuerzo
de
parte
del
Colegio
contratar
docentes por sus áreas, para asegurar la existencia del bachillerato.
Otro
cambio
en
el
proceso
fue
la
reunión
con
Comunitaria,
que
era
la
parte
de
la
Secretaría
de
Educación
que
manejaba
los
estudiantes
sordos.
Su
educación
no
llevaba
a
un
título
que
llevaría
a
la
posibilidad
de
entrar
en
la
universidad,
pero
siendo
que
no
era
la
meta
en
este
tiempo
para
la
mayoría,
no
era
de
sorprenderse.
La
mayoría
fueron
preparados
para
trabajos
manuales.
Principios
de
los
años
90,
la
directora
del
Colegio
Filadelfia,
donde
se
encontraba
el
aula
de
sordos,
fueron
con
la
fundadora
a
una
cita
para
pedir
que
permitiera
que
el
grupo
de
sordos
estuviera
bajo
educación
formal.
La
persona
encargada
aceptó,
pero
preguntó
porque
desearía
que
la
educación
de
los
sordos
estuviera
bajo
educación
formal
cuando
esto
tenía
mayores
exigencias.
La
respuesta
era
que
los
niños,
niñas
y
jóvenes
sordos
lo
necesitaban
y
eran
capaces
de
lograr
no
solo
bachillerato
sino
la
educación
superior.
La
meta
del
Colegio
era
ver
los
jóvenes
sordos
escogiendo
carreras
en
la
universidad
o
en
carreras
técnicas,
y
para
lograr
esto
era
necesario
que
el
Colegio
estuviera
dentro
de
la
educación formal. Es verdad que las exigencias fueron mayores, pero llevó a resultados mejores.
Para
aclarar
el
punto
de
la
entrada
a
la
universidad,
es
importante
recordar
estos
tiempos
y
tener
en
cuenta
las
capacidades
de
las
personas
sordas.
No
todos
tienen
la
oportunidad
de
ir
a
la
universidad,
pero
no
podía
ser
que
ninguno
o
prácticamente
ninguno
tengan
la
oportunidad
de
ir.
Se
ha
preguntado
cómo
es
la
vida
para
toda
una
población
cuando
tienen
capacidades
e
inteligencia,
pero
la
sociedad
cree
que
no
pueden
y
por
tal
motivo
no
da
la
oportunidad.
El
Colegio
deseaba
simplemente
abrir
una
oportunidad,
y
dependía
de
los
mismos
estudiantes
sordos
que
harían
con
esta
puerta
abierta
a
nuevas
direcciones
de
vida.
Por
su
puesto,
hoy
se
puede
apreciar
los
logros
de
los
estudiantes
sordos,
e
inclusive
los
estudiantes
sordociegos.
La
estadística
de
2002
mostró
que
62%
de
los
graduados
del
Colegio
estaban
empleados
y
67%
habían
ido
a
la
educación
superior,
ya
sea
la
universidad
o
una
institución
tecnológica.
INCLUSIÓN DE LA POBLACIÓN SORDOCIEGA
En
septiembre
de
2003,
el
Colegio
recibió
3
estudiantes
de
parte
de
SURCOE,
la
Asociación
Nacional
de
Sordociegos,
y
con
su
apoyo
técnico
se
comenzó
la
inclusión
de
la
población
sordociega.
Fue
una
experiencia
donde
todas
las
personas
del
Colegio,
docentes,
directivas,
estudiantes
sordos
y
padres
de
familia
aprendieron
sobre
la
sordoceguera
y
los
servicios
necesarios
para
que
los
estudiantes
sordociegos
pudieran
tener
igualdad
de
oportunidades.
Ha
sido
una
experiencia
de
crecimiento
para
todos,
y
hasta
el
año
2012
se
había
graduado
3
estudiantes
sordociegos
desde
que
se
empezó
el
programa.
Varios
de
los
graduados
sordos
hoy
en
día
trabajan
con
la
población
sordociega
como
guía
intérpretes
y
mediadores.
A
la
raíz
de
esta
experiencia,
el
Colegio
participó
con
otras
4
instituciones
y
liderado
por
SURCOE
en
la
producción
de
Lineamientos
para
la
Educación
de
Sordociegos
y
Estudiantes
con
Discapacidad
Múltiple,
para la Secretará de Educación Distrital.